Monumento Histórico Nacional a la Bandera.


Sta Fe 581, S2000 Rosario, Santa Fe.



EL MONUMENTO TRIUNFAL





Manuel Belgrano enarboló por primera vez la Bandera en 1812, en la Barranca del Río Paraná. La idea de realizar un monumento para honrar su memoria y la de Manuel Belgrano, estuvo siempre presente en la ciudad de Rosario, considerada la cuna de nuestra Bandera. Luego de varios intentos, en el año 1939 se concursó un nuevo proyecto. La ambición no era poca: modelos como el Arco de Triunfo de París y el Capitolio de Washington estaban en la mira. Los arquitectos Alejandro Bustillo y Ángel Guido, junto a los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti fueron los ganadores. El proyecto al Monumento Histórico Nacional a la Bandera, según destacan los autores, “simboliza la nave de la Patria surcando las aguas del mar de la eternidad en procura de un destino glorioso. A través de los diferentes conjuntos escultóricos se representan valores económicos, espirituales, históricos, geográficos y telúricos de nuestra nación”.



El contrato se firmó en 1942 con el arquitecto Ángel Guido y ambos escultores. Bustillo se había retirado del proyecto y, Guido, partidario de las ideas americanistas, queda cargo de la obra. El carácter de la identidad nacional, tema dominante en la producción de Fioravanti, como hemos visto anteriormente, es un valor determinante para Guido, que se dispone a construir el monumento más grande de Latinoamérica y de este modo mostrar al mundo la riqueza y la cultura de nuestra tierra. El monumento es una imponente mole de hormigón armado cubierta de mármol travertino.
Sobre la proa y mirando hacia el Río, está La Patria Abanderada de Bigatti. Envuelta en un manto cuyos pliegues simbolizan la Bandera, la figura femenina despliega toda su energía. El propio artista compara su obra con la Victoria de Samotracia. Entretanto, detrás de la Proa, en la inmensidad del Patio Cívico desde el cual se divisa el Propileo, en un nicho con forma de altar, la Madre Patria (o Patria de la Fraternidad y el Amor) espera al visitante con sus brazos abiertos. Su rostro es joven, redondeado como el de una niña, y lleva la frente alta. Su cabeza está coronada con una diadema de laureles, símbolo del triunfo. Si bien en la foto de la maqueta original una túnica cubría las formas de su cuerpo, en el Monumento, La Patria está desnuda, cubierta por detrás con una larga capa apoyada sobre su espalda que enmarca su cuerpo y llega hasta sus pies. Con su belleza serena y despojada, expresa su grandeza y mira hacia el frente, sin perder naturalidad. El propio Fioravanti describe el espíritu que la anima: “Embraza el escudo con su derecha, pero la suya no es una actitud de combate sino de tranquila seguridad, de confianza en sí misma, de serena alerta y consciente poderío. Adelanta un pie y toda ella es un símbolo de la marcha sin sobresaltos, propia de aquel que sabe a dónde va, que conoce su ruta y tiene delante de sí un horizonte claro”. A su lado?? En un bajorrelieve vuela La Gloria, un desnudo alado.
El contrato se firmó en 1942 con el arquitecto Ángel Guido y ambos escultores. Bustillo se había retirado del proyecto y, Guido, partidario de las ideas americanistas, queda cargo de la obra. El carácter de la identidad nacional, tema dominante en la producción de Fioravanti, como hemos visto anteriormente, es un valor determinante para Guido, que se dispone a construir el monumento más grande de Latinoamérica y de este modo mostrar al mundo la riqueza y la cultura de nuestra tierra. El monumento es una imponente mole de hormigón armado cubierta de mármol travertino.
Sobre la proa y mirando hacia el Río, está La Patria Abanderada de Bigatti. Envuelta en un manto cuyos pliegues simbolizan la Bandera, la figura femenina despliega toda su energía. El propio artista compara su obra con la Victoria de Samotracia. Entretanto, detrás de la Proa, en la inmensidad del Patio Cívico desde el cual se divisa el Propileo, en un nicho con forma de altar, la Madre Patria (o Patria de la Fraternidad y el Amor) espera al visitante con sus brazos abiertos. Su rostro es joven, redondeado como el de una niña, y lleva la frente alta. Su cabeza está coronada con una diadema de laureles, símbolo del triunfo. Si bien en la foto de la maqueta original una túnica cubría las formas de su cuerpo, en el Monumento, La Patria está desnuda, cubierta por detrás con una larga capa apoyada sobre su espalda que enmarca su cuerpo y llega hasta sus pies. Con su belleza serena y despojada, expresa su grandeza y mira hacia el frente, sin perder naturalidad. El propio Fioravanti describe el espíritu que la anima: “Embraza el escudo con su derecha, pero la suya no es una actitud de combate sino de tranquila seguridad, de confianza en sí misma, de serena alerta y consciente poderío. Adelanta un pie y toda ella es un símbolo de la marcha sin sobresaltos, propia de aquel que sabe a dónde va, que conoce su ruta y tiene delante de sí un horizonte claro”. A su lado?? En un bajorrelieve vuela La Gloria, un desnudo alado.

La Patria de la fraternidad y el amor

LA PATRIA DE LA FRATERNIDAD Y EL AMOR, escultura, original de José Fioravanti.

Medidas 210 x 95 x 55 cms. Fundición en bronce a la cera perdida, numerada 1/10. Fundición Buchhass.

La misma obra de mayor tamaño de 6,50 metros, integra el Monumento Histórico a la Bandera Nacional.

Esta escultura es conocida como La Patria del Amor y la Fraternidad, realizada en bronce y está ubicada en el atrio del Monumento Nacional a la Bandera en una homacina de frente al patio Cívico. La misma abraza y protege a todos los escudos de las diferentes provincias argentinas que la rodean, presididos por el Escudo Nacional

Casa Museo Magda Frank